Heme aquí, exhausta y haciendo repaso a mis últimos cuatro días: una experiencia increíble y emocionante en el Festival Celsius (232), que ha hecho de Avilés la capital del mundo de la fantasía, la ciencia ficción, el terror… ¡y el frikismo!!
Como una fangirl más, me faltó dar gritos de emoción al alojarme en el mismo hotel-palacio en el que plancharon su oreja George R.R. Martin y Patrick Rothfuss. Sapkowski finalmente no pudo venir (decepción para muchos), pero me tocó al no menos importante Ramsey Campbell como compañero de hospedaje.
El desasosiego por no encontrar los libros de Neimhaim en las casetas (se estaban vendiendo como churros, supe más tarde) se entremezclaba con la excitación de ver al mismísimo Geralt de Rivia paseando entre ellas, con sus dos espadones a la espalda y su inseparable compañera de busto prieto.
Fue también un momento especialmente emotivo conocer a las personitas que encarnan en la vida real los avatares con los que llevo tuiteando estos últimos meses, como @mangrii, @juanluis_ga, @marbadenlee, @cazadoradesyl, @iriayselene, @susanavallejoch, @ucronicbcn … ¡y cenar con ellas!!
Pronto el programa de actividades disparó mi adrenalina. Iba a necesitar desdoblarme en dos (o en tres) para poder participar en todo lo que quería: escuela de esgrima antigua, cursos de jóvenes jedi y jóvenes vikingos, charla con César Mallorquí, análisis de la espada en la novela fantástica, debates sobre Tesla, cine al aire libre por la noche (con Lady Halcón!!), cosplay en honor a Terry Pratchett, presentaciones ineludibles (La República Pneumática, Madre de Dragones, Cuentos de la Luna Llena)…
Hubo un golpe doloroso: mi firma coincidía con la charla de Javier Olivares sobre El Ministerio del tiempo el sábado por la tarde. No solo significaba que me iba a perder una exposición y curiosidades sobre la serie española que ha revolucionado la historia de la televisión, si no también que mi público iba a verse drásticamente menguado, cosa que entendía a la perfección (¡yo también quería ir!!).
Me temía una carpa desierta como las arenas de Dune, pero para mi sorpresa: ¡lleno absoluto!! Uno de los directores del festival, Diego García Cruz , se encargó de presentar Neimhaim, de lanzar spoilers sin despeinarse [sin rencores, Diego, ;)] y sobre todo de amenazar al respetable para que fueran a comprar inmediatamente un ejemplar so riesgo de caer fulminados por un rayo del mismísimo Thor.
Así que los asistentes no tuvieron más remedio que acudir en tropel a vaciar los puestos de Neimhaims y aguantar estoicamente la cola de la firma para que el temido castigo de la deidad vikinga no cayera sobre sus cabezas.
A juzgar por sus caritas sonrientes, la amenaza al final se tornó dulce como un trago de aguamiel, y se volvieron a sus casas felices con su Neimhaim lacrado bajo el brazo.
Ah, se me olvidaba mencionar que algunos de ellos acudieron al Festival mesmerizados por el programa de radio en el que participé el sábado por la mañana junto a César Mallorquí, Ricard Ruiz Garzón y Álex Hinojo. Aunque los pobres oyentes no podían saberlo, cayeron como corderos ante el mensaje subliminal que mandamos desde las ondas de La SER.
CONCLUSIÓN: Han sido unos días maravillosos, llenos de emoción, experiencias geniales y charlas fantásticas. Me he sentido entre los míos, como el patito feo cuando encontraba a los cisnes. El año que viene vuelvo, como autora o como lectora, pero allí estaré de nuevo!!
Hasta el año próximo!!!